La OCDE, pese a reconocer progresos, coloca a México, en educación, al final de los 30 países miembros. Sin embargo, es imprescindible abrir el abanico a la verdad: la educación en el siglo XXI es, fundamentalmente, investigación y desarrollo. Los promedios mexicanos dedicados a ese nivel: inferiores al 0.4% del PIB. En Suecia, donde los socialistas acaban de perder las elecciones por el 1.3% sin que se caiga una sola hoja de los árboles, se dedica a la investigación (el mundo desarrollado ha entrado ya en la revolución biogenética) el 4.3%, Estados Unidos se acerca al 3% y Europa planifica llegar al 2.5%. Mientras India (que disputará, con China, las inversiones extranjeras a México) ocupa ya el lugar 1 del mundo en Disponibilidad de Científicos e Ingenieros, México es el lugar 92 en el informe de Davos.