José Carreño
El Universal
Viernes 28 de septiembre de 2007
WASHINGTON.— La facilidad con que las fronteras terrestres de Estados Unidos pueden ser penetradas fue subrayada ayer, cuando investigadores legislativos revelaron que cruzaron desde Canadá con material que simulaba ser radiactivo, y también observaron falta de vigilancia federal en la frontera con México.
“Tenemos mucho que andar para defender nuestras fronteras en áreas rurales”, observó el senador demócrata Max Baucus, presidente del Comité de Finanzas, al comentar el reporte en el que la Oficina de la Contraloría General (GAO por sus siglas en inglés) informó de sus conclusiones.
De hecho, la sesión estuvo dedicada a llamar la atención sobre las deficiencias en la vigilancia de la frontera con Canadá, sin dejar de apuntar las existentes en la frontera con México. “Estamos de acuerdo: la frontera no es tan segura como necesita serlo”, apuntó Ronald Colburn, director adjunto de la Patrulla Fronteriza, al explicar la forma en que trabajan sus agentes y consignar incrementos en números y equipo, tanto hechos como por realizarse.
Colburn señaló que la Patrulla Fronteriza está en proceso de contratar y entrenar a 6 mil nuevo agentes para fines de 2008 y mil 700 más en 2009, amén de construir unos 600 kilómetros de bardas, 500 kilómetros de barreras a vehículos en la frontera con México. Pero resaltó que “la amenaza a lo largo de la frontera norte resulta del hecho que más de 90% de los 30 millones de canadienses viven a menos de 160 kilómetros de la frontera con Estados Unidos”.
En su reporte, Gregory Kutz, director de Investigaciones Especiales la GAO, destacó que en cuatro estados fronterizos con Canadá encontraron caminos estatales que parecían carecer de vigilancias y en otros tres la proximidad de los caminos a la frontera permitió que sus investigadores la cruzaran sin ser detectados, incluso cuando simularon el movimiento ilegal de material radiactivo y otros tipos de contrabando.
Siempre en la frontera norte, en algunos cruces sólo había vigilancia diurna y si bien el equipo electrónico de vigilancia estaba en operación, el único obstáculo al paso era una barrera a través del camino que podía ser rodeada.
En el caso de la frontera con México, los investigadores observaron “una gran presencia” de policía y Guardia Nacional, incluso aparatos aéreos no tripulados, pero aun así pudieron identificar “potenciales vulnerabilidades de seguridad” en tierras federales adyacentes a los límites en las que no se vieron agentes federales.
La Patrulla Fronteriza consignó que normalmente no interfiere con el movimiento de personas en la parte norte de la línea limítrofe sin tener motivos para sospechar que estén involucradas en actividades ilegales o sean una amenaza para la seguridad estadounidense. Por su parte, Kenneth Luongo, director de la Asociación por la Seguridad Global, afirmó que “mientras temas migratorios que involucran a México evocan el fantasma de un terrorista deslizándose desde el sur, hay evidencia que sugiere que la frontera norte es también una significativa amenaza como un punto de entrada para terroristas”.