Durante el sexenio pasado el gobierno federal no sólo castigó a la ciencia reduciendo su presupuesto (que descendió del 0.41 al 0.33 del PIB) sino que además atrasó su pago casi dos años desde 2005, condición que heredó a la actual administración y que sigue arrastrando, señaló René Drucker Colín. En entrevista con Crónica agregó que el actual gobierno federal tardó en entregar el dinero de 2005, pues sólo siete meses después de nombrar a los nuevos funcionarios del Consejo nacional de ciencia y tecnología (Conacyt), comenzó a fluir el presupuesto con casi dos años de retraso. “El retraso es significativo, ya que del presupuesto de 2006 no se ha dado ni un solo centavo, ahora tenemos la convocatoria del 2007 que no sabemos hasta cuando entregarán”. El Coordinador de la Investigación Científica de la UNAM enfatizó que, aunque habrá que esperar el próximo paquete presupuestal, el desalentador panorama no cambiará este año, ni a lo largo del sexenio de Felipe Calderón pues no es prioridad en la agenda nacional. “Está cometiendo el peor error de su gestión, pues está demostrado en todo el mundo que país que no invierte en ciencia y tecnología está condenado al subdesarrollo; eso parece no insertarse en las neuronas del estado y los políticos mexicanos, no hay sensibilidad ni entendimiento”. Este desinterés por el tema se ha visto ejemplificado en el Conacyt, cuyo presupuesto se redujo a partir de 2003 y fue de 5 mil millones 385.563 pesos, en 2004 bajo a 5 mil millones 303.685 y finalmente en 2005 fue de 5 mil millones 032.800, cuando que en 2002 obtuvo el máximo de 5 mil millones 520.163. Según el INEGI, en términos del PIB, el porcentaje para este ramo se ha comportado de la siguiente manera: en 2000 correspondió un 0.42 (22 mil millones), 2001 un .41(23 mil millones), 2002 un 0.39 (24 mil millones), 2003 un 0.43 (29 mil millones), 2004 un 0.36 (27 mil millones), 2005 un 0.37 (31 mil millones). La diferencia del total a principio y final del sexenio se entiende que ante el aumento del PIB total, este fue bajando en la partida de ciencia y tecnología. De acuerdo a la reforma a la Ley de ciencia y tecnología de 2004, esta partida debería percibir el 1% del PIB, “sin embargo han hecho lo contrario restándole cada año”. El investigador emérito dijo que el gobierno federal tendría que resarcirle a la ciencia el presupuesto que se le han disminuido y además aumentar el que originalmente se tenía para que la actividad científica tenga un impulso favorable en el desarrollo del país, sin embargo “se vislumbra un triste escenario para los científicos”. PROPUESTA. Frente al próximo período de sesiones de la Cámara de Diputados, el expresidente de la Academia Mexicana de Ciencias recordó el papel del organismo para rediseñar el presupuesto y sugerir un aumento significativo a la ciencia. Ante este panorama el científico envío una propuesta a diversos legisladores, donde sugiere un acuerdo entre los partidos para incrementar el presupuesto al Conacyt con una cantidad pequeña, alrededor de 2 mil 500 millones de pesos anuales. Abundó que así para el 2012 la inversión en ciencia llegará al punto que tenía en el 2001 (.41 del PIB) con la ventaja de que todo el aumento fuera para el Conacyt. “Esta propuesta sería viable porque no representa un gran incremento, con la diferencia de que todo fuera específicamente para el Conacyt, y no fuera sólo a la ciencia como una actividad en la que no sabemos a dónde se va el dinero”. COMPETITIVIDAD y CIENCIA. Para Ignacio González Martínez, Premio Nacional de Química 2007, la estrategia del Conacyt de vincularse con la empresas para favorecer la investigación científica, “sólo fue un simulacro para darles recursos a las industrias y que compraran tecnología del extranjero”. El profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana destacó que cada vez más los investigadores están comprometidos en ayudar a resolver los problemas nacionales, “pero si sigue esta merma en el apoyo económico, no sólo no contribuiremos al progreso d ella nación, sino que también vamos a perder el prestigio internacional que hemos ganado”. El investigador recalcó además que el detrimento en la ciencia podría repercutir incluso hasta la educación básica, “pues los niños continuarán en el mismos sistema, porque no tienen referentes que los inciten a desarrollarse”. Por otra parte René Drucker recordó el gran problema del país para insertarse significativamente en el mundo globalizado, “donde tenemos que ser competitivos y México no lo es porque no produce nada”. “Si seguimos sin atender la ciencia y la tecnología que son terriblemente importantes, seguiremos descendiendo más en la escala mundial”. México descendió de la novena economía del mundo a la 15 y se encuentra en el lugar numero 58 en el ranking mundial de competitividad. El investigador enfatizó que la ciencia requiere de alrededor de diez años y de una política integral para generar un impacto, como lo han demostrado muchos países. “Si México aplicara una correcta política desde hoy, en este período modificaría su situación en el mundo global para volverse altamente competitivo, y hacer crecer su economía”. Dijo que para cambiar el esquema de la nación éste debe pasar sin duda por la ciencia y la tecnología, no hay otro camino hoy en día. “Vivimos en un mundo competitivo basado en el conocimiento en la ciencia y la generación de nuevos conocimientos, eso es lo que mueve las economías del mundo, no hay otro camino, punto”. Aseveró que el país está en ruinas, porque todo está basado en ocurrencias, “esperando que la inversión extranjera venga a salvarnos”. “No será con microchangarros, ni con las remesas que vengan de EU, eso no sirve, debemos de producir cosas con valor agregado, generar empresas exitosas y generar empleos”. Quien recibiera el Premio Nacional de Ciencias y Artes al igual que un sin numero de especialistas, dejó de cuestionarse la gran incongruencia a la que recurre el gobierno en sus distintos niveles: si la ciencia es igual a progreso, por qué no invertir en ella. “No sé por qué, sólo hay dos explicaciones: o son ignorantes o son perversos, no hay de otra”.
Formar recursos humanos pero sin empleo, la tarea incompleta del Estado De acuerdo con el gasto presupuestal del Conacyt en 2005 el monto mayor fue destinado a becas para estudios de posgrado (39%), seguido por el SNI (25%), los proyectos científicos y tecnológicos (24%) y gastos administrativos y de difusión (10%), sin embargo donde se invierte más dinero es donde menos ha redituado el gasto. “El problema es que no hay oferta de trabajo aquí, es una esquizofrenia pues el estado invierte en la formación de académicos pero no generan las condiciones para aprovecharlos ya sea en la universidades o en el sector productivo”, puntualizó René Drucker, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM. “El estado cree que su responsabilidad termina con la formación de recursos humanos de alto nivel, para que posteriormente estos encuentren trabajo por sí mismos”. El científico añadió que existen contrataciones sin embargo no se posee dinero para las investigaciones, pues el Conacyt tiene una bolsa muy pequeña de apoyo a este ramo. “Es una política tonta por ejemplo para mantenerse en el SNI se debe de ser productivo, pero si no hay recursos para proyectos difícilmente podrá permanecer. El investigador enfatizó que no hay una política integral donde los miembros del SNI tengan recursos para trabajar y que las estrategias rebasan al Conacyt y deben de pasar por otras secretarías y dependencias institucionales. “Hay una serie de estrategias que se podrían seguir para aprovechar a los jóvenes que se han formado con recursos del estado mexicano, solucionándole los problemas al país, sin embargo esto no sucede”. |