Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/78/07
La AMC, dispuesta a colaborar con la SEP para mejorar la educación mexicana
• El salario de los profesores del país se encuentra en los últimos lugares de los países miembros de la OCDE
• Mil trescientos dólares por alumno invierte México anualmente, mientras que países como Finlandia designan siete mil seiscientos dólares: Rosaura Ruiz
La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) está a disposición de colaborar con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que, a través de diversos programas como La ciencia en tu escuela, se mejore la enseñanza de la ciencia en México, dijo Rosaura Ruiz, vicepresidenta de la Academia, al fijar la postura de esta institución en relación a los resultados de la evaluación educativa PISA (Programme for International Student Assessment), de la OCDE, en la que nuestro país obtuvo el último lugar entre todos los países miembros.
“En México, el rezago educativo en ciencia sí es un asunto de presupuesto”, dijo la investigadora y agregó que es preocupante la declaración frente a estos resultados de José Ángel Gurría, director de la OCDE, quien señaló que la calidad educativa no es necesariamente un asunto de cuántos recursos se invierten en ella.
“Hay en México un rezago histórico que habrá que compensar y después a lo mejor se podrán dedicar menos recursos a la educación pero no ahora”, afirmó.
En 2006, el foco de la prueba PISA estuvo puesto en la ciencia, sin embargo, la evaluación también consideró lectura, matemáticas y la recolección de información, así como datos familiares e institucionales que pudieran ayudar a explicar las diferencias en el desempeño de los estudiantes.
Ruiz resaltó que el salario de los profesores mexicanos se sitúa entre los últimos lugares. “En Corea el salario anual de los profesores con 15 años de antigüedad asciende a 50 mil dólares anuales, mientras que un profesor mexicano gana sólo 20 mil dólares al año”.
Otra muestra del rezago es que el gasto por alumno en Finlandia –país que mostró el mayor desempeño en la prueba PISA– es de 7 mil 600 dólares anuales, mientras que en México apenas alcanza mil 300 dólares.
Subrayó que la AMC siempre ha insistido en la necesidad de destinar más recursos a la ciencia, la tecnología y la educación, a la vez que esta institución que agrupa a 2 mil integrantes se compromete a mejorar la educación científica de los niños por medio de sus programas como La Ciencia en tu Escuela, que podría extenderse a todos los estados de la República con la colaboración y financiamiento de la SEP.
Propuso cambiar los planes de estudio, que tienden a ser enciclopédicos y memorísticos, por otros que permitan que los niños disfruten aprendiendo y razonando, en especial sobre temas científicos.
Por su parte, Juan Pedro Laclette, presidente de la AMC, se mostró optimista de que la SEP colabore con la AMC para mejorar la educación científica, pues ya existe un convenio de colaboración entre ambas instituciones.
Durante la inauguración del Auditorio de la AMC, Juan Pedro Laclette, expresó su reconocimiento a los investigadores que participaron en el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU, mismo que recibió el Premio Nobel de la Paz 2007.
Los investigadores Carlos Gay García, Francisco Estrada y Cecilia Conde del Centro de Ciencias de la Atmósfera; Claudia Sheimbaum, del Instituto de Ingeniería de la UNAM, y Carlos Anaya, del Centro de Investigaciones en Ecosistemas, recibieron de manos de Rosaura Ruiz el reconocimiento a nombre de la AMC. Asimismo, Laclette entregó una medalla al arquitecto Felipe Leal, en reconocimiento por donar su talento para la construcción del Auditorio de la AMC.
En su turno, José Franco, director del Instituto de Astronomía de la UNAM y secretario de la AMC, comunicó a los investigadores asistentes sobre los acuerdos a que se llegó en la última reunión de las academias científicas del G8+5, donde acudió en representación de la AMC. Dijo que las academias de ciencias de estos países que se reunieron en Alemania, uno de los temas principales de discusión fue el cambio climático y las energías alternativas, donde se concluyó la necesidad de destinar más recursos para ciencia básica, tecnología e innovación, en estos campos.
