Silvia Otero Enviada
Jueves 10 de julio de 2008
silvia.otero@eluniversal.com.mx
LA JOLLA, California.— Funcionarios y académicos “chocaron” conceptualmente sobre el futuro de la investigación científica en México, al participar en la apertura del Quinto Taller de Periodismo Científico Jack F. Ealy, que se realiza en el Instituto de las Américas.
El gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto, dijo que el papel del Estado en el impulso a la ciencia es insoslayable y fundamental ya que debe destinar subsidios y recursos para su desarrollo.
Peña Nieto coincidió con el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, quien dijo que el rezago de México en esta materia es enorme.
En el foro hubo divergencia de opiniones sobre el futuro de la investigación científica: La ciencia “debe ser un buen negocio”, fue el planteamiento de Juan Molinar Horcasitas, director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), quien consideró que la apuesta es promover cada vez más la inversión privada en materia de investigación y desarrollo tecnológico, a través de “incentivos económicos reales” y favoreciendo medidas de protección a los derechos de propiedad intelectual.
El funcionario federal aseguró que de acuerdo con la experiencia de los países más desarrollados, las políticas del gobierno deberían diseñarse en función de la rentabilidad que cada investigación garantice.
En el panel, Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de las Ciencias, no tardó en reaccionar y dijo que “le preocupa” la visión de Molinar Horcasitas.
Para la académica, hablar de la ciencia como negocio es equivocado. “Me preocupa si esa es la visión que se va a dar a la investigación en el IMSS”.
Dijo que sin duda la ciencia “tiene que lograr también ser aplicada y entonces sí ser negocio, como tecnología, pero no como objetivo central”.
Reconoció la falta de inversión privada en el desarrollo científico en México, pero manifestó que “la principal obligación del desarrollo de la ciencia de un país recae en el Estado”.
Peña Nieto terció en la discusión y consideró que la postura del director del IMSS es respetable, en el sentido de que “el trabajo del científico puede estar orientado por hacer negocio, pero es insoslayable y fundamental el papel del Estado, para que invierta, subsidie y destine recursos para impulsar el desarrollo de ciencia y tecnología, una política de Estado que hoy no existe”.
En su participación, De la Fuente dijo que en toda Iberoamérica se registró, en el último quinquenio, una producción científica de 4%, respecto del total mundial, y alertó sobre la necesidad de que aumente la participación privada en el apoyo a la ciencia, porque la tendencia indica que cerca del 60% de los recuros destinados a investigación y desarrollo en el mundo proceden del sector privado.
“Los propios empresarios han sido los primeros en darse cuenta que invertir en investigación y desarrollo les representa en el mediano y largo plazos réditos muy importantes, para la consolidación de sus empresas”. Aunque en América Latina —salvo Colombia, Uruguay y Brasil—, la participación empresarial es muy limitada. Por ello, coincidió con el embajador Jeffrey Davidow, presidente del Instituto de las Américas, en que la apuesta debe ser el incremento en la inversión privada.
Antes del debate, el licenciado Juan Francisco Ealy Ortiz, Presidente del Consejo de Administración de EL UNIVERSAL, al inaugurar el taller, dijo que la agenda de los países latinoamericanos “debe estar comprometida cada día más con una visión clara” de las dimensiones económicas, humanas, ambientales, institucionales y tecnológicas para avanzar en ellas y lograr un desarrollo sustentable.